Gran parte de la teoría de Hannah Arendt se enfoca en las actividades del ser humano dentro de la sociedad y como la acción política que llevan a cabo los seres humanos, no solo les proporciona verdadera libertad, sino construye un sistema republicano basado en la democracia deliberativa. Este enfoque de análisis es considerado micro ya que es un “análisis detallado de lo que la gente hace, dice y piensa, en el fluir de la experiencia momentánea.”[1]
Sin embargo, sus obras Los Orígenes del Totalitarismo y Eichman en Jerusalén obedecen a un nivel de análisis macro ya que se centran en analizar como el totalitarismo afecta a las personas y como este sistema anula el individualismo de los seres humanos, es decir, analiza como el sistema totalitario y las instituciones propias de ese sistema determinan e influyen en los individuos y sus acciones.
En su obra Los Orígenes del Totalitarismo, Hannah Arendt clasifica al Nazismo y al Stalinismo como movimientos totalitarios y los utiliza como la base de su análisis. Según Arendt, las características principales del totalitarismo son: en primer lugar, la formación de grandes masas, es decir, grupos de personas totalmente desarraigadas de cualquier tipo de identificación personal, formando así una sociedad nueva donde las personas se vuelven individualistas. Esto se lleva a cabo con el fin de fraccionar y dividir, para poder manipular más fácilmente. La propaganda, presente tanto en la Alemania Nazi como en la URRS servia para formar un nuevo mundo ficticio que manipula a las masas con el fin de formar un inmenso ejército que defendiera al sistema de amenazas externas. Por ultimo, el uso del terror y la violencia como maneras de coerción para controlar y mantener el orden dentro del sistema.
En Eichman en Jerusalén, Arendt llega a la conclusión de que Eichmann (quien fue capturado en Argentina y acusado de ser el “arquitecto” de la Solución Final impulsada por el gobierno Nazi para acabar con el “problema” judío) era una persona “normal” sin suficiente intelecto para comprender la magnitud de las consecuencias de las decisiones que había tomado durante el gobierno Nazi. Por el contrario, Arendt creía que los gobiernos totalitarios creaban un nuevo tipo de criminal: individuos que actúan bajo circunstancias que les hace casi imposible darse cuenta de que están obrando mal. Al hablar de la “banalidad del mal” Arendt, se refería a la irreflexión y a la desconexión que tienen las personas que cometen crímenes en nombre del sistema cuando actúan bajo órdenes. Esto no los libera de culpa, pero si lleva a que las situaciones, y en este caso, los juicios, sean abordados de forma distinta.
Sin embargo, sus obras Los Orígenes del Totalitarismo y Eichman en Jerusalén obedecen a un nivel de análisis macro ya que se centran en analizar como el totalitarismo afecta a las personas y como este sistema anula el individualismo de los seres humanos, es decir, analiza como el sistema totalitario y las instituciones propias de ese sistema determinan e influyen en los individuos y sus acciones.
En su obra Los Orígenes del Totalitarismo, Hannah Arendt clasifica al Nazismo y al Stalinismo como movimientos totalitarios y los utiliza como la base de su análisis. Según Arendt, las características principales del totalitarismo son: en primer lugar, la formación de grandes masas, es decir, grupos de personas totalmente desarraigadas de cualquier tipo de identificación personal, formando así una sociedad nueva donde las personas se vuelven individualistas. Esto se lleva a cabo con el fin de fraccionar y dividir, para poder manipular más fácilmente. La propaganda, presente tanto en la Alemania Nazi como en la URRS servia para formar un nuevo mundo ficticio que manipula a las masas con el fin de formar un inmenso ejército que defendiera al sistema de amenazas externas. Por ultimo, el uso del terror y la violencia como maneras de coerción para controlar y mantener el orden dentro del sistema.
En Eichman en Jerusalén, Arendt llega a la conclusión de que Eichmann (quien fue capturado en Argentina y acusado de ser el “arquitecto” de la Solución Final impulsada por el gobierno Nazi para acabar con el “problema” judío) era una persona “normal” sin suficiente intelecto para comprender la magnitud de las consecuencias de las decisiones que había tomado durante el gobierno Nazi. Por el contrario, Arendt creía que los gobiernos totalitarios creaban un nuevo tipo de criminal: individuos que actúan bajo circunstancias que les hace casi imposible darse cuenta de que están obrando mal. Al hablar de la “banalidad del mal” Arendt, se refería a la irreflexión y a la desconexión que tienen las personas que cometen crímenes en nombre del sistema cuando actúan bajo órdenes. Esto no los libera de culpa, pero si lleva a que las situaciones, y en este caso, los juicios, sean abordados de forma distinta.
El presente ensayo busca analizar el tema de las Patrullas de Autodefensa Civil que se crearon en los últimos años del Conflicto Armado Interno desde el enfoque que plantea Hannah Arendt tanto en Los Orígenes del Totalitarismo como en Eichman en Jerusalén.
Las Patrullas de Autodefensa Civil fueron formadas en 1982 como un componente de la estrategia contrainsurgente del ejército. Las PAC en muchos casos fueron parte de la estrategia de masacres del ejército y en otros casos les dieron apoyo logístico. El objetivo principal de las PAC era enfrentar entre sí a las poblaciones de las comunidades, para contrarrestar el apoyo social a las organizaciones de la insurgencia.[2]
La organización de las PAC por parte del gobierno y del ejército se dio en un momento en que la base social del movimiento guerrillero empezaba a crecer y a tener más protagonismo. Es dentro de este contexto que surgen las PAC como grupos de hombres civiles organizados con el fin de brindar al ejercito mayor vigilancia y control sobre los pobladores del área rural del país. El fin principal era aislar al movimiento guerrillero y controlar a las comunidades de las áreas rurales del país.
El involucramiento de la población civil en la estrategia contrainsurgente del ejército fue debidamente planificada y buscaba, entre otras cosas, crear una red de informantes que permitiera infiltrar las comunidades que se consideraban eran participantes o seguidores del movimiento guerrillero.
En el plan de campaña del gobierno del General Efraín Ríos-Montt denominado Firmeza 83, el ejército propuso que las PAC cumplirían tres objetivos principales dentro de la estrategia contrainsurgente. El primer objetivo era buscar la organización de toda la población del país, para que con el apoyo del Ejército de Guatemala defiendan sus intereses comunales preservándolos de la destrucción por parte de los delincuentes subversivos.
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En la mayoría de los casos las colaboraciones en las PAC fueron forzadas. El ejército llegaba a las comunidades campesinas y mayoritariamente indígenas y amenazaban a los hombres y a sus familias de muerte y tortura si no participaban en las patrullas. Una vez formaban parte de las patrullas, los campesinos eran obligados a participar en masacres, desapariciones y torturas de pobladores de la región, inclusive de sus propias comunidades.
“La inducción a la colaboración forzada en el asesinato de miembros de sus propias comunidades fue utilizada como una forma de promover la complicidad con carácter colectivo. Al verse forzados a participar en atrocidades, la violencia se normaliza, se vuelve fuente interna y se alteran los valores de relación social y el propio sentido de la comunidad.”[4]
No existe un número oficial de los participantes en las Patrullas de Autodefensa Civil, se ha estimado que en 1982 se contaba con un millón de patrulleros civiles.[5]
El Conflicto Armado Interno guatemalteco en general, y el involucramiento forzado de personas en las Patrullas de Autodefensa Civil en particular presentan características de lo que Hannah Arendt denominó Totalitarismo. Inclusive se puede afirmar que cumplen con las tres características principales de los sistemas totalitarios: En primer lugar, la creación y propagación de las PAC llevó a la formación de grupos de personas totalmente desarraigadas de cualquier tipo de identificación personal, mas que la identificación con el ejercito y con sus compañeros patrulleros. En segundo lugar, en el interior del país se impulsaron campañas de propaganda que manipulaban a los campesinos con el fin de proyectar a un enemigo: la guerrilla. En tercer lugar, y la característica del totalitarismo mas utilizada durante el conflicto armado y utilizado para involucrara a individuos en las PAC, es el uso y propagación del terror y la violencia como maneras de coerción para controlar y mantener el orden dentro del sistema.
Además de estos factores, la creación de las Patrullas de Autodefensa Civil y su propagación alrededor del país llevó, entre otras cosas, al rompimiento del tejido social de muchas comunidades campesinas e indígenas y a la creación de un gran grupo organizado y armado que eventualmente seria hecho responsable por el informe del proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica -REMHI- Guatemala: Nunca Más del 18% de las violaciones de derechos humanos y hechos de violencia cometidos durante el conflicto armado.
Para eliminar las posibles resistencia o sentimientos de culpa entre los patrulleros se reforzaba la identidad de patrullero y de soldado y se les premiaba la conducta a través de premios y remuneraciones. “Cuando nosotros salimos de Zacualapa al comandante de la Patrulla le dieron un coche y también a nosotros y el teniente dice: van hacer un sancocho cuando lleguen los nueve días de esos doce hombres, hagan un sancocho allá en Chinique, eso es para los patrulleros por que los patrulleros de Chinique son de a huevo. También nos dieron dinero para una caja de 17 octavos”.[6]
El Conflicto Armado Interno tuvo terribles consecuencias en la población guatemalteca. Los gobiernos y el ejército planificaron estrategias específicas e intencionadas que buscaban que los civiles se involucraran en la lucha contrainsurgente y que se dividieran las comunidades rurales para evitar la penetración de los grupos guerrilleros. Estas estrategias criminalizaron no solo a miles de civiles a través de la formación de las PAC, sino también a un gran numero de soldados de bajo rango que en el “cumplimientos de órdenes” cometieron terribles actos de asesinato, secuestro, tierra arrasada, tortura y violación. Aunque no se puede justificar los crímenes llevadas a cabo debido a que se estaban siguiendo ordenes, según los planteamientos que hace Hannah Arendt sobre la banalidad del mal, se puede decir que los hombres que formaron parte de las Patrullas de Autodefensa Civil, en la mayoría de los casos, actuaron bajo condiciones que les hacia imposible visualizar y comprender lo que estaba sucediendo y el impacto de sus acciones.
Gran parte de los Patrulleros de Autodefensa Civil eran campesinos indígenas con escasa educación y que vivían en condiciones de pobreza severa. Esto sumado a las constantes amenazas de muerte y tortura sirvió para manipular y obligar a las personas a participar en las estrategias y a cometer actos delictivos. Al analizar los relatos directos de patrulleros sobre los sucesos, se puede evidenciar la desconexión que tienen con la realidad y la incapacidad que muestran en entender la gravedad de sus acciones.
La firma de los Acuerdos de Paz llevó a la desmovilización y entrega de armas de las PAC. Hoy en día, estos grupos de EX-PAC siguen siendo bastante organizados y en algunas regiones del país siguen teniendo poder dentro de sus comunidades.
En mayo del presente año, un tribunal de Salamá sentenció a 780 años de prisión inconmutable a cinco acusados de una matanza que se llevo a cabo en Río Negro, ocurrida en de enero de 1982. Uno de los acusados relato que el dia antes de la matanza, soldados llegaron a su comunidad y organizaron a los hombres en Patrullas de Autodefensa Civil. Al día siguiente fueron llevados a Rió Negro donde participaron en la masacre de un grupo de mujeres y niños. Los patrulleros dicen haber sido amenazados de muerte “si alguno se les escapaba”. [7]
Como se ha mencionado anteriormente, los Patrulleros muchas veces actuaron bajo amenazas. Esto no justifica sus acciones ni los exculpa de sus acciones, sin embrago, si es una situación que amerita ser tratada de una forma y objetiva ya que ellos mismos fueron victimas del ejercito durante el Conflicto Armado Interno.
Arendt plantea en Eichman en Jerusalén que este tipo de situaciones, especialmente en el caso de juicios en contra de victimas que fueron criminalizados por un sistema totalitario, deben ser llevados o tratados bajo distintos preceptos que a los criminales usuales. Hannah Arendt, considera que muchas veces estas personas no son “malas” ni tienen sentimientos de odio hacia sus victimas, sino que han sido insertados en un sistema donde la práctica de estas acciones es desvirtuada y donde han sido manipulados o formados de una forma tal que sus acciones ya no obedecen a sus valores y juicios propios, sino a los intereses y valores del sistema totalitario.
Referencias Bibliograficas
Dettmer G., Jorge. Problemas Fundamentales en la articulación macro-micro: reflexiones sobre algunos intentos no consumados. Agosto, 1997. Universidad Nacional Autónoma de México.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe de País (Guatemala), 1993
Guatemala Nunca Mas, Informe del Proyecto lnterdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, 1998
Informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), Guatemala Memoria del Silencio, 1999
Periodico El Pais. Cinco condenados a 780 años de prisión por una matanza en Guatemala. 05/2008
[1] Dettmer G., Jorge. Problemas Fundamentales en la articulación macro-micro: reflexiones sobre algunos intentos no consumados. Agosto, 1997. Universidad Nacional Autónoma de México.
[2] Informe de País (Guatemala), Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 1993
[3] Guatemala: Memoria del Silencio, Capitulo II, Volumen I.
[4] Guatemala Nunca Mas, Informe del Proyecto lnterdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, 1998
[5] Guatemala: Memoria del Silencio, Capitulo II, Volumen I.
[6] Caso 2811, Guatemala Nunca Mas, Informe del Proyecto lnterdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, 1998
[7] Cinco condenados a 780 años de prisión por una matanza en Guatemala, Periódico El País, España, 30 de mayo, 2008
4 comentarios:
Buena asimetría!!!, sin embargo, me parece importante detenerme en un aspecto donde me parece que la comparación se rompe y es en los aspectos culturales y los fines de la lucha. La estrategia ideológica para lograr una nación era tras la manipulación del inconciente colectivo mediante la puesta en práctica de teorías psico-analíticas, entre otras; a diferencia, en Guatemala, la estratégia no era precisamente ideológica, y el fin no era una percepción de nación, el medio no era más que el poder cohersitivo de la violencia, la amenaza y la oferta de muerte. Si bien las teorías foráneas, permiten hacer silogías, hay una necesidad preponderante de buscar nuestras propias razones y conclusiones, para el entendimiento pertinente de la realidad histórica -la nuestra-, SL2 LORENA
Es interesante tu comparación, concuerdo con Lorena que no es posible decir realmente que fuera totalitarismo ya que ese tipo de sistema se basa principalmente en la propaganda ideológica mientras que aquí no había una ideología sino una posición contraria a la existencia de la izquierda.
Además no había una restricción absoluta de la economía por parte del Estado lo cual es característica del totalitarismo. Creo que sería mas apropiado decir que aquí lo que hubo fue autoritarismo.
Hola
pues es polémico en el sentido de que se trata con graves violaciones a los DD HH. Cabria decir que sin duda, se participio de una manera inconciente, movilizados precisamente porque eran amenazas coercitivas, como la muerte, una de las razones principales.
Sin embargo, planteo mis diferencias (aunque ud en ningun momento redimió la culpa en los expac): uno, es penoso que este grupo siga articulado bajo esos principios, exigiendo indemnizaciones prometidas, y mas penoso aun que las figuras politicas los vean como aliados en elecciones...y dos; en Guatemala han sido insignificantes los casos en que haya sido aplicada la justicia a los culpables materiales e intelectuales durante el conflicto, caso contrario los crimenes sucedidos durante la segunda guera mundial, pues la maquinaria mediatica de los judios se han encargado de meternos hasta en los textos de primaria, el libro de ana frank. En guatemala, parece obviarse esa historia.
Creo que hasta el momento en que se aplique la justicia, se podra hablar de Inconcientes colectivos, sbre todo si estos grupos siguen organizados con esas reivindicacinoes. Otra cosa, me vienen dos temas a la cabeza, hablando de inconciente y de totalitarismo: racismo y linchamientos....ai la dejo.
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